Ayer caminábamos juntos. Hoy me di cuenta de algo: nuestros pasos marcaban ritmos diferentes.
Mañana mi camino ya no será tu camino. Tú tomarás un desvío que yo ni si quiera me he llegado a plantear.
Ayer nuestro camino era el mismo. Hoy me di cuenta de algo: hay infinidad de senderos por los que adentrarse.
Mañana yo seguiré el mío y tu seguirás el tuyo.
Quien sabe, tal vez dentro de muchos mañanas ambos tropezaremos con la misma piedra o nos encontremos en el mismo bosque. Quizás nuestros senderos se unan en uno solo, quizás nos encontremos en la cima de la misma montaña o nos tengamos que ayudar para escapar de las profundidades del mar.
Mañana... quien sabe que caminos decidiremos tomar.
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