Aunque a veces te haya parecido estúpido, aunque a veces
hayas pensado en querer arrancártelo todo de dentro, aunque a veces hayas deseado
una mágica poción que te hiciera olvidar todo lo vivido a su lado, aunque aún
hoy haya momentos en que sigas buscando un por qué, aunque todavía haya una
parte de ti que desee volver a veros… no
te arrepientas de lo que has sentido. Nunca.
Por mucho pesar o mucha tristeza que te inunde en algunos momentos sabes que
más tarde o más temprano conseguirás salir a flote. ¿Qué puedes volver a
hundirte? ¡Por supuesto! Pero la primera bocanada de aire después de haber
estado sumergido es la que mejor sabe.
Recuerda: no te arrepientas de haber sentido. Arrepiéntete de no hacerlo.
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