Después pienso en mil y una formas de acercarme a ti, de tocarte, de besarte, de apretarte contra mi y de no dejarte escapar.
Son tantas las palabras, las miradas, las sonrisas y los besos que a la hora de la verdad no sabría por donde empezar así que lo último en lo que pienso es en mil y una formas de dejarme llevar. Donde sea, cuando sea. Mil y un destinos, me da igual.
Y quiero que tú también te dejes llevar. ¿Dónde? Qué más da, si hay mil y un caminos por los que avanzar. Y más que escoger debemos dejarnos llevar.
Y quiero que tú también te dejes llevar. ¿Dónde? Qué más da, si hay mil y un caminos por los que avanzar. Y más que escoger debemos dejarnos llevar.
Quien sabe como de lejos podremos llegar.
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