Quizás el lado que nos oculta la luna es tan terrible que si lo viéramos solo
nos produciría dolor, desgarro y una extraña sensación de vacío y silencio. Esa
vacío que intentamos expulsar con suspiros al ver que algo que creíamos bello
en realidad no lo es.
Pero no importa. La luna tampoco es perfecta.
Por mucho que brille, por mucho que deslumbre y por muchas estrellas que le rodeen sabemos, sin verla, que tiene una cara oculta.
Pero no importa. La luna tampoco es perfecta.
Por mucho que brille, por mucho que deslumbre y por muchas estrellas que le rodeen sabemos, sin verla, que tiene una cara oculta.