27 de marzo de 2012

Agonía

El mundo agoniza. ¿Desde cuándo? No lo sé, posiblemente es como cualquier vida. No hemos acabado de nacer y ya estamos muriendo. Lentamente, pero muriendo al fin y al cabo.
Y el mundo no es diferente.
A veces me da por pensar que sería un poco más feliz viviendo en la ignorancia respecto a muchas cosas de las que ocurren en el mundo. A veces me da por pensar que gracias a la globalización el mundo se nos ha quedado pequeño. ¿Información? Sobreinformación, más bien. Saturación.
Por eso a veces pienso que me gustaría desaparecer de este mundo y vivir sin saber de nada ni de nadie. Ni de lo de aquí ni de lo de allí. Ni de crisis, ni de fe. Ni de muertes, ni de miserias, ni de justicias injustas.
El mundo agoniza herido, se desangra segundo a segundo invadido por la plaga más dañina que pueda existir jamás y que se empeña en curar una herida mientras provoca cien más.
Ya no hay cura. Ya no hay solución. El mundo agoniza en dirección a lo inevitable para quizás volver a empezar en otro lugar pero casi con la certeza de que nada más empezar habrá empezado a acabar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario