A veces pienso que ya no te pienso tan a menudo pero en realidad sigues siendo mi mayor confidente.
Si necesito aliento o consejo. Si tengo dudas o me invade el miedo. Te busco. Te pienso.
Y te encuentro.
Te encuentro en la estrella más brillante si miro al cielo al anochecer. Te encuentro en la luna mientras despierto al amanecer y en los rayos dorados del atardecer.
Te encuentro cuando me miro al espejo y suspiro. Te hago preguntas y te cuento mis anhelos. Compartimos los secretos.
Sigues siendo confidente y sigues siendo acompañante. Te encuentro donde menos lo espero y aunque a veces me llena el vacío cuando recuerdo tu partida, otras veces, como hoy, sonrío y celebro tu vida.