16 de junio de 2014

El silencio de las estrellas

Muchas noches de verano se sentaba mirando al cielo, mirando a las estrellas. Cada uno de esos puntitos brillantes eran como los puntos que adornan los signos de interrogación que abren y cierran preguntas viejas y nuevas. Preguntas que aun hoy siguen sin tener respuesta.
Por muchas noches que pasen, por muchos veranos que lleguen y se vayan las estrellas seguirán sin responder. Y por muchas veces que se les pregunte solo devolverán silencio.
No es que no tengan una respuesta, es que quizás no la haya.
Sin embargo aquí sigue una noche más y un verano más alzando la cabeza y preguntando silenciosamente.
¿Para qué? ¿Si nunca tiene respuesta?
Porque a veces el silencio dice más que cualquier palabra. Y el de las estrellas dice más que cualquier otro porque entre ellas y su quietud solo queda uno mismo.