1 de julio de 2013

Tic-Tac

Ha llegado la hora de volver a darle cuerda al reloj. El mecanismo ha estado parado durante un tiempo y el péndulo apenas oscilaba mecido por el viento. Sin embargo ya ha estado suficiente tiempo parado así que ahora hay que engrasar los engranajes, buscar la llave y volver a darle cuerda esperando que las agujas marquen horas buenas aunque seguro que también marca algunas malas. Es así.
Ha llegado la hora de que el tic-tac de mi reloj se acompase con el de tu corazón, que el tiempo se acelere con nuestros latidos y  que mis horas sean tus horas. Mis minutos. Tus segundos. Nuestra eternidad.
Y si nuestro tiempo se rompe me da igual. Prefiero haberlo vivido que solo haberlo imaginado. Total, el tiempo que pierdo contigo en mi mente es tiempo que marcha y no vuelve.