19 de septiembre de 2012

No sabes lo que quieres

No sabes lo que quieres. Dices querer mucho pero a la hora de la verdad abarcas… ¿poco? ¿Nada? ¿Por qué? Quizás porque te las das de valiente y en realidad eres un cobarde apalancado en medio de la nada donde no hay ni alegría ni tristeza, ni frío ni calor. Una posición aparentemente cómoda de la que no quieres deshacerte porque tienes miedo a darte de bruces con una realidad que ves a través de una protección que crees que va a durar para siempre. Pero eso no es vivir.
No es malo querer muchas cosas. Lo malo es no hacer nada para alcanzarlas, lo malo es dejarlo todo pasar sin mover un dedo y aun así ahuyentar el sueño arrepintiéndote una y otra vez de las mismas decisiones erróneas.
Si de verdad deseas alcanzar lo que ahora parece inalcanzable da un puñetazo en la mesa, levántate y muévete de una vez porque si no lo haces, sin darte cuenta, llegará un día en el que ya no te podrás levantar y en el que mirarás atrás con los ojos cansados y verás como todos los momentos que una vez dejaste escapar vuelven a marcharse esta vez para no volver. Y tú te marcharás con ellos arrepintiéndote como hacías cada noche con la única diferencia de que de esa noche ya no podrás despertar.

12 de septiembre de 2012

La garra invisible

Mano invisible que desgarras mis entrañas ¿por qué ahora? Ni siquiera sé porqué aprietas con fuerza el vacío de mi estómago ¿a caso lo sabes tú? ¿Qué te lleva a hacerlo? ¿Qué he hecho para que aparezcas ahora? A veces desapareces y al rato vuelves a atacar. La risa es una de las pocas cosas que me libera de tu prisión pero aun sin sentirte sé que sigues ahí, como ahora, clavando tus afiladas garras intentando trepar desde mi estómago hasta mi corazón.
¿Hay alguna manera de sacarte de aquí? ¿Qué necesito? Ni los más profundos de los suspiros consiguen expulsarte de mi interior.
Quizás si supiera por que estas ahí pudiera encontrar la forma de librarme de ti.

6 de septiembre de 2012

Algo grande

Siento que se avecina algo grande. Lo noto, lo quiero.
Lo siento en las ideas que ocupan mi cabeza y que no se marchan. Lo siento en el vacío que ruge en mi estómago. Lo siento en cada escalofrío que recorre mi espalda cuando sueño despierto antes de dormir.
Algo grande está a punto de llegar. Lo siento como se siente el viento antes de la tormenta, lo siento como se siente que llega el día cuando los pajarillos empiezan a cantar antes de que aparezca el sol.
Es una sensación misteriosa. Es, quizás, las ganas de que todo cambie.
Pero esta ahí, lo siento. Algo grande va a llegar, algo que no me dejará indiferente, algo que me ayudará a crecer. Algo que en definitiva me hará más grande.
¿Lo sientes tú?