30 de julio de 2012

Camino

Tanto tiempo caminando a la par que se hace difícil pensar como lo haré a partir de ahora. Yo avanzo y tu te quedas atrás. O yo me detengo y tu no paras de avanzar. Puede que tu tropieces y yo simplemente evite la piedra con agilidad. Quizás yo decida adentrarme en un bosque y tu decidas seguir el sendero que alguien ya ha marcado. Quien sabe, es posible  que nos acabemos perdiendo al girar una sinuosa curva o que tu decidas escalar una montaña y yo acabe adentrándome en las profundidades del mar.
Ayer caminábamos juntos. Hoy me di cuenta de algo: nuestros pasos marcaban ritmos diferentes.
Mañana mi camino ya no será tu camino. Tú tomarás un desvío que yo ni si quiera me he llegado a plantear.
Ayer nuestro camino era el mismo. Hoy me di cuenta de algo: hay infinidad de senderos por los que adentrarse.
Mañana yo seguiré el mío y tu seguirás el tuyo.
Quien sabe, tal vez dentro de muchos mañanas ambos tropezaremos con la misma piedra o nos encontremos en el mismo bosque. Quizás nuestros senderos se unan en uno solo, quizás nos encontremos en la cima de la misma montaña o nos tengamos que ayudar para escapar de las profundidades del mar.
Mañana... quien sabe que caminos decidiremos tomar.

21 de julio de 2012

Se ha perdido

¿Lo has encontrado? No ¿verdad? Se ha perdido. Y las cosas que se pierden ya nunca vuelven.
¿Dónde van a parar las cosas que se pierden? Si se supiera, las cosas perdidas ya no lo serían.
¿Y dónde van las personas a las que pierdes? A eso si que te puedo contestar. Se van lejos.
O no tanto, porque hay muchos tipos de pérdidas.
Puedes perder a alguien para siempre y saber con certeza que nunca lo podrás encontrar. Bueno, quizás lo encuentres entre tus recuerdos o en tus sueños pero sabes que no es lo mismo. Ya no.
También puedes perder a alguien por algo que hagas (o no hagas) algo que digas, algo que sientas, algo que dejes de sentir, algo que no entiendas o porque simplemente lo que antes hacía que os encontrarais se ha perdido.
Pero este tipo de pérdida es diferente al anterior porque, aunque también puedas encontrar a quien has perdido entre tus recuerdos o tus sueños, cuando menos te lo esperes, lo volverás a encontrar.
Sin esperarlo, de casualidad.
Y te darás cuenta de que todo lo que había en ti ya no está. Que todo lo sentido se ha perdido.
Que solo quedan los recuerdos que algún día se perderán... cuando tú te pierdas.