22 de abril de 2012

Un nuevo sol

Caigo. No sé desde donde. No sé hacia donde. Solo siento que caigo hacia la nada rodeada de la nada.
No sé si hay algo que me empuja, no sé si hay algo que amortiguará mi caída si es que llego al final algún día. O noche, porque además de la nada estoy rodeada por una oscuridad total a la que mis ojos no logran acostumbrarse. Entonces, gritando en silencio, abro los ojos notando como mi corazón golpea contra mi pecho una y otra vez y la oscuridad que había empieza a romperse por pequeños puntos de luz que se filtran a través de algún lugar. Algo ha frenado mi caída libre, algo cálido y blando que me abraza con tacto sedoso.
Los latidos de mi corazón se calman y se acompasan con el mecanismo del reloj que no logro alcanzar.

He perdido la cuenta de las veces que he soñado que caigo desde que te fuiste, desde que me empujaste a ese vacío pero he empezado a ver la luz. Hoy sólo son pequeños puntos. Mañana serán estrellas y al otro... al otro serán un nuevo sol.